El día que no fue

(Sandra Lorenzano)

Nosotras, las dueñas de las palabras, no encontramos la manera de que dijeran lo que queríamos decir.”

Entre tangos y rancheras, con Piazzola, Gardel, José Alfredo y Chavela Vargas cantándonos al oído, Sandra Lorenzano nos invita a pasar a la memoria de la vida de una narradora que la refleja, a ella y a las mujeres que han vivido el miedo. 

Yo que iba a hablar de mujeres, de violencias, de amores y desamores, me convertí en mi propio personaje.”

Sí. Ese miedo que se convierte en el protagonista de esta novela con sabor a poema. El miedo con el que las mujeres vivimos día con día. Raciona o irracional, justificado o no, con o sin causa, pero que nos acompaña en todo momento. 

Hubiera querido haberme quedado a vivir en el “como siempre”.”

Poco a poco, Sandra nos platica del amor de la protagonista con otra mujer, un amor tan grande que la hace vencer su miedo a dejar atrás el matrimonio con su marido. 

Hasta que un día apareció la piel que me hizo olvidar todo aquello que no fuera mi deseo de sumergirme en ella.”

Recorremos las calles del miedo junto a las mujeres de su familia. Nos habla sobre el exilio de su familia, desde la abuela rusa hasta el de sus padres que debieron dejar su patria, Argentina, para refugiarse en México. Leemos en el exilio, las huellas de una ruptura, de las raíces con la patria, así como la del corazón de la protagonista.

…alguna vez estuve enamorada de Portugal y de sus saudades. Las vidas que no vivimos.”

Nos platica del miedo al dolor, a la muerte, a la enfermedad, al odio, al amor, al desamor, a que los recuerdos nos atormenten y a que nos atormente el no recordar. 

Los mapas de la memoria son implacables.”

En la lectura revive los casos de las mujeres que fueron víctimas de sus miedos y valentía, de hombres y de terribles circunstancias. Las letras de Lorenzano son un homenaje a las vidas perdidas que deben ser recordadas, aunque duelan y nos causen miedo.

Todavía duele el aire.”

Este es un diálogo entre la autora y el lector. Una invitación a ponernos en los zapatos de los otros y a llorar, con ganas, por lo que nos duele y sobre todo por ese día que no fue. 

También. “¡Te necesito y no estás aquí!” El día que no fue.”

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