El enigma de la habitación 622

(Joël Dicker)

La vida es una novela que ya sabemos cómo termina: al final el protagonista muere. Así que lo más importante no es cómo acaba nuestra historia, sino cómo vamos a llenar las páginas. Pues la vida, igual que una novela, tiene que ser una aventura. Y las aventuras son las vacaciones de la vida.”

En esta maravillosa historia, Joël Dicker nos traslada a su natal Suiza para acompañarlo a resolver un enigma en un hotel de lujo de los Alpes suizos. De manera magistral y como solo él puede hacerlo, logra la inmediata conexión entre el lector y un protagonista muy especial.

Cuando en realidad la novela nace, antes que nada, de un anhelo: el anhelo de escribir. Un anhelo que te entra y que nadie puede evitar, un anhelo que te distrae de todo lo demás. Ese deseo perpetuo de escribir yo lo llamo la enfermedad de los escritores.”

Y así, este joven y multi premiado autor, logra relatarnos el proceso de investigación y creación de una historia, dentro de la propia novela que absorbe al lector y que lo sorprende en cada página. En cada uno de los capítulos, de las cuatro partes que componen el libro, nos va regalando fragmentos para tratar de resolver un misterio que intriga al lector, entre más avanza.

Pero los hombres que se desviven son hombres conquistados y la pasión no sobrevive a la conquista.”

Fiel a su estilo, Dicker, nos presenta a una treintena de personajes que le ayudan a dar forma a este relato de misterio. Y mientras lo acompañamos a resolver un asesinato cometido años atrás, conocemos las historias de amor y traición que nacen en el deslumbrante mundo de la banca Suiza.

Cada cual por su lado cultivaba su propio jardín secreto, pero no fuimos capaces de cultivar un huerto juntos.”

El autor juega brillantemente, con los sentimientos y creencias de los lectores. El dominio de las letras de Dicker nos envuelve y confunde manteniéndo al lector enganchado y sorprendido, hasta la última de sus 624 páginas.

Había que someterse a ese interminable carnaval, la única medicina contra la fatalidad del amor y el poder disolvente de la rutina que padecen todos los enamorados cuando, tras haber sido dos amantes diferenciados, son solo ya una pareja unida.”

Con este libro, Joël Dicker nos demuestra porqué es uno de los consentidos de las editoriales y los libreros. Una novela muy personal, que no decepciona y que seguramente será devorada por todos y cada uno de sus fieles lectores; y de los que pronto se integrarán a ese club. 

¿Adónde van los muertos? A todos los lugares en donde podemos recordarlos. Sobre todo a las estrellas. Porque no dejan de seguirnos, bailan y brillan en la oscuridad de la noche justo encima de nuestras cabezas.”