Esta mañana abrí los ojos. Sí, abrí los ojos y la venda ya no estaba ahí. Las ataduras habían desaparecido. Sin cadenas, abrí la ventana y vi la realidad en todos sus tonos. El presente se paró frente a mí, de golpe, mientras el pasado terminaba de empacar sus valijas. En un segundo, como un flashazo pude ver al futuro, un futuro sin lágrimas, sin miedos, un futuro sin él. Sí. Esta mañana, finalmente abrí los ojos.
Abrí los ojos
