(Guillermo Arriaga)
Con su muy particular estilo, Guillermo Arriaga, el enfant terrible de la literatura mexicana, regresa con una colección de historias situadas en el Retorno 201 —la calle de su infancia en su muy querida Unidad Modelo— y que en conjunto, constituyen una cátedra de escritura.
…el lugar donde creces merece ser contado.”
En esta colección de relatos las pasiones humanas salen a flote, sin pudor ni tapujos. Arriaga nos presenta a hombres, mujeres y niños con todos sus defectos y virtudes; sin máscaras ni filtros.
Podía resolver los problemas que surgían de la falta de vista, no los de ausencia de mirada.”
Derrochando estilo, la pluma de Arriaga nos deleita con grandes relatos en los que podemos apreciar cómo disfruta de navegar, entre realidad y fantasía, en la mar de sentimientos humanos e inhumanos, acechando —como el cazador que es— y disparando las palabras precisas, en el momento exacto.
Tarde, motel, caricias, besos, abrazos, lenguas, manos, labios…”
Algunas historias nos estremecen con la crudeza de la narrativa que refleja la maldad de la que el ser humano puede hacer gala, y Arriaga logra matizarla con la inocencia, que muchas veces es real y otras solo una máscara.
Ellos la mataron, yo lo sé y solo yo lo sé.”
Los personajes que habitan el Retorno 201 se convierten en familiares y casi podemos podemos sentirlos caminar entre nosotros con sus virtudes y pecados a cuestas, como la viuda Díaz, Rogelio y el Dr. del Río.
…no se percataba de que ya estaba muerto o sencillamente se resistía a aceptarlo.”
Sin duda, esta es una colección de relatos, que se se seguirá reeditando, para el goce de los lectores.