Horas encontradas

(Alex Castillo Barona)

En Horas encontradas, Alex Castillo Barona nos regala 24 horas de historias para disfrutar de la locura del ser humano y del mundo que nos envuelve, de ese caos tan bello que es la vida y que la hace más entretenida. 

¿Cuánto tiempo pueden convivir a diario los pacientes y los médicos de un hospital psiquiátrico para que comiencen a confundirse unos con otros?

A través de veinticuatro cuentos, Castillo nos introduce en un mundo de relatos con los que seguramente el lector se identificará. Y es que en en este hermoso volumen lo hay de todo: drama, comedia, muerte, locura, amor…todos los elementos de la vida misma. 

…se acaba una consistente racha de fracaso que había ido acumulando durante toda mi vida y, ahora, ya no hay marcha atrás y me siento forzado a triunfar de manera consistente.”

Desde accidentes que ocurren en una ciudad en punto de las 2:00 a.m. relatados desde cuatro perspectivas, hasta un cuento un tanto apocalíptico, Alex nos lleva a dar un paseo por el imaginario, por un mundo fantástico que se asemeja al nuestro. 

Y es que, si algo me ha molestado siempre y de sobremanera son los artistas que dejan de crear cuando se mueren.”

En 24 horas conocemos historias de familia que no siempre terminan bien y otras que resultan maravillosas, relatos de fantasmas, experiencias en hospitales psiquíatricos, síndromes diversos, episodios de amnesia y dimensiones paralelas.

…mi vida está marcada por mis preguntas y respuestas.”

En esta maravillosa recopilación, diseñada para que el lector la lea como prefiera, se unen anécdotas en las que nos vemos reflejados con historias fantásticas 

…mi convicción de seguir escribiendo ahora que ya estoy muerto…”

Alex nos muestra que hay muchos tipos tantos amores como sentidos y sinsentidos, de aeropuerto, los de toda la vida, los que se dan a primera vista y hasta los que surgen gracias al oído. 

¿De verdad es posible vivir completa una historia de amor en el breve tiempo que dura la espera de un avión?”

Desde México y hasta Madrid, en ascensores y vagones del metro, los personajes de cada uno de los cuentos nos miran, mientras nos cuentan sus historias.